abstract | Grupo Apuyen cuenta con una estructura de nube privada para asegurar a sus clientes la máxima seguridad y confidencialidad de sus datos. Trabajamos con información muy sensible y tomamos las medidas más avanzadas para garantizar tanto la seguridad de la misma, como que se cumplen todas las normativas europeas en protección de datos. Esto es posible gracias a una estructura corporativa autogestionada, como a la que han saltado en los últimos años empresas como Apple, Dropbox o Samsung, y que nos permite tener el control integral de la red: desde el equipamiento físico a la configuración y mantenimiento; y no depender de terceros como Amazon o 1&1, profesionales de la nube pública.
Gracias a nuestra visión de futuro y nuestra confianza en la tecnología como motor del cambio, contamos con nuestros propios servidores desde hace más de una década. Grupo Apuyen ha apostado desde sus inicios por la tecnología del cloud computing. En aquel momento parecía una inversión arriesgada y muy elevada, pero estábamos convencidos del potencial de la nube y de que acabaría imponiéndose. La nube nos ha dado la posibilidad de actualizar nuestros programas periódicamente e ir adaptándolos a las necesidades particulares de cada cliente. Así, y aunque todo nace de un completo estándar al que mimamos mucho, cada cliente puede pedir funciones nuevas o modificaciones que se adapten a su forma de trabajar.
¿Por qué elegimos la nube privada en lugar de contratar nube pública? La respuesta corta es sencilla: por seguridad, independencia, confidencialidad, capacidad y escalabilidad. Pero nos gustaría desarrollar la larga, porque es importante para nosotros dejar claro cómo de cuidados están los datos de los que nos hacemos cargo y qué fácil va a ser crecer apoyados en Grupo Apuyen.
La nube pública es un servicio ofrecido por un tercero que alquila trozos del espacio que gestiona a otras empresas para que estas trabajen con él. Por su parte, en una estructura corporativa, todo el equipamiento (máquinas, redes, almacenamiento…) y la responsabilidad de su configuración, mantenimiento y control recae en una misma empresa que lo utilizará para sus intereses. Esto conlleva otras diferencias muy importantes, entre ellas el precio. Establecer una estructura privada supone una gran inversión y por ello se debe creer firmemente en lo que se está haciendo. Ayuda la convicción en la calidad de tu producto, saber que el cliente final va a tener la mejor experiencia de usuario posible en seguridad y soporte-mantenimiento.
En este sentido, cada vez son más empresas las que se pasan a la nube privada, por ejemplo Apple (iTunes y su App Store) o Dropbox. Esta última movió hace un año gran parte de su almacenamiento (90 %) de Amazon a su propia nube interna para aumentar el rendimiento y optimizar hardware y software de manera personalizada. Han tardado dos años y medio en tener lista la infraestructura necesaria para su servicio de almacenamiento de archivos, pero han construido su propia red a medida, lo que beneficiará a su producto. Otro ejemplo reciente sería Samsung, que en lugar de despedirse por completo del sistema de nube pública lo que ha hecho es implantar un sistema híbrido con una nueva infraestructura privada con la que ha mejorado sus servicios.
SEGURIDAD EN NUBE PRIVADA
Nuestros servidores están ubicados en un data center neutral, protegidos por altas medidas de seguridad y privacidad, y accesibles solo por unas pocas personas autorizadas previa identificación. Esto supone una garantía de la seguridad con la que son tratados los datos almacenados de todos nuestros clientes. Esa información es tan vital para rendir en el día a día como confidencial, y nos tomamos muy en serio la confianza que nuestros aliados depositan en nosotros. En este sentido, las estructuras corporativas tienden a ser más seguras. Aunque se pueda pensar que cuentan con menos recursos para blindar los servidores, lo cierto es que son un blanco menos frecuente de los ataques al estar menos expuestas. Cuando se utiliza nube pública de servicios masivos como Amazon o 1&1 (por citar a los servicios profesionales más conocidos y de gran éxito) se tiene muy poco conocimiento de dónde se encuentran los datos, quién tiene acceso a ellos y cómo se tratan. Por regla general, no hay acceso a la máquina física.
INDEPENDENCIA EN NUBE PRIVADA – NDA
Al autogestionar nuestros propios servidores podemos afirmar que somos independientes. Cuando firman con Grupo Apuyen, nuestros aliados saben que no van a surgir problemas por intereses de terceros. Nuestro sistema está montado para dar servicio a nuestros clientes y solo a ellos debemos lealtad. Además, estos niveles de gestión, control, seguridad, privacidad y proximidad otorgan la independencia necesaria para firmar cualquier NDA que se requiera: podemos asegurar cualquier acuerdo de confidencialidad. En una nube pública hay altas instancias en las que ciertos acuerdos no podrían imponerse, como la declaración de quién tiene acceso a los datos y otras restricciones que solo se pueden delimitar con absoluta certeza en un servicio más personal y cercano.
Sea por seguridad, privacidad, independencia o capacidad, lo cierto es que de unos años a esta parte la nube interna se erige como tendencia entre las empresas grandes por la personalización que esta infraestructura deja en manos de la propia compañía y las mejoras en rendimiento que esto supone en cada una de estas áreas. Patrick Moorhead, analista de Moor Insights & Strategy, señala desde hace unos años que las grandes empresas prefieren la opción privada al considerarla una opción con mejor calidad en el servicio y mayor control en la protección de datos. Apunta que la opción de nube pública es la elección de organizaciones más pequeñas por su accesibilidad económica de entrada y su fácil adopción. Aunque en la actualidad la escena está muy repartida (grandes y pequeñas compañías pueden encontrarse en sistemas públicos, privados y mixtos), lo cierto es que cada vez somos más las empresas con cloud privada ofreciendo un servicio de alta calidad y confidencialidad.